domingo, 16 de enero de 2011

--Señor, ¿Cómo Se Lleve Esto a Efecto? -- Enós 1:1-8

Enós 1:1-8

Como testamento a su padre Jacob, Enós empiece su corte relato con una frase simple de afán a su padre: --sabía que mi padre era varón justo.-- (versículo 1, énfasis añadida) Cuán apropiado y cuán hermoso es el reconocimiento de un hijo de la bondad y la justicia de su padre. Tal vez se parece al revés que el testimonio de un hijo hacia su padre sea una muestra tan eficaz de la bondad de su padre, sino del otro lado, ¿quién mejor para hacer tal observación?

El relato de Énos se hace distinto que el de Nefi o Jacob. Tenemos aquí el primer profeta del Libro de Mormón que hace referencia a a su propio arrepentimiento y conversión a Cristo. Él lo describe en palabras simples cuando decía, -- os diré de la lucha que tuve ante Dios, antes de recibir la remisión de mis pecados.-- (versículo 2)

El proceso del arrepentimiento de Enós, cuando finalmente vino, tardó todo un día y una noche. Él se encontraba en un sitio quieto, donde entre él y Dios, ellos pudiera tratar de los pecados que Enós habia cometido. Me agradezco que Enós describe a ese tiempo como una lucha que tuvo ante Dios -- un labor intensivo que se requiere cada gota de esfuerzo que uno puede rendir o que sea capaz de rendir. Como cualquier intercambio con Dios, esto (el arrepentimiento) especialmente requería un empeño de todo corazón, poder, mente, y fuerza. (Véase Doctrina y Convenios 4:2)

Cuando vino la noche finalmente, Enós continuó luchando cuando le vino estas palabras, palabras que tal vez solamente los penitentes en verdad se pueden apreciar, --tus pecados te son perdonados, y serás bendecido.-- (versículo 5) Aprecio lo que Enós concluye en seguida, --yo, Enós, sabía que Dios no podía mentir; por tanto, mi culpa fue expurgada.--(versículo 6)

En verdad, son condiciones simples. Pero el cambio que resulta es profundamente significativo. Tener quitado la cupla de uno, el peso del pecado, lo cuál se guinda como piedra opresiva encima del alma de uno, ser retornado a un estado de inocencia y pureza ante Dios, no hay nada para comparar con esta transformación que resulta. (Véase también Juan 3:3)

La profundad del perdón que recibió Enós y el impacto que tuvo en sí parece ser la razón que motiva a la siguiente pregunta. Y otra vez, pregunta simple --Señor, ¿cómo se lleva esto a efecto?-- (versículo 7) Entonces, sabiendo que Enós tenía oídos para escuchar, el Señor le contestó --Por tu fe en Cristo, a quien nunca jamás has oído ni visto... por tanto, ve, tu fe te ha salvado.-- (versículo 8)

La simplicidad del proceso del arrepentimiento y la profundidad de perdón y limpieza que resultaba solamente se hace posibles por la fe en Cristo.

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