viernes, 29 de octubre de 2010

-- Podemos Mandar en el Nombre de Jesús,-- Jacob 4:1-6

Jacob 4:1-6

Al principio de este capítulo, Jacob nota cuan difícil es grabar sobre planchas. Tal vez, me hace apreciar más estos registros por lo difícil que era para ellos hacerlos. Creo que esto también hace hincapié en lo que dice a continuación.

Jacob da un fuerte testimonio del Señor Jesucristo, y el conocimiento de Él que ellos disfrutaban en sus vidas en su época (véase vs. 3 y 4). Es curioso notar que la forma en que ellos podían ganar más fe fue por medio de las escrituras. Porque estudiaban, o escudriñaban las escrituras, ellos (el pueblo de Jacob) tenían un espíritu de profecía y de revelación. Esto es importante, porque es la forma en que llegaron tener una fe inquebrantable. Teniendo estos testimonios presentes que recibieron, lograron tener una esperanza. Por esto es la razón que hemos sido mandado estudiar las escrituras -- para que nuestra fe pueda ser fortalecido y para que podamos actuar en el nombre de Jesús de acuerdo con nuestra fe (véase vs. 6).

viernes, 22 de octubre de 2010

--Si Vuestras Mentes Son Firmes-- Jacob 3

Jacob 3

En medio de una amonestación fuerte contra los pecados que habían cometidos el pueblo de Nefi, Jacob fortaleza los que se habían mantenidos puros de corazón. Al ofrecer este consejo, me impresiona que Jacob esta dando testimonio de su propia experiencia.  Cuando uno es puro de corazón y su mente es firme, se puede siempre gozar del amor de Dios, y la paz de una vida buena, aún en medio de un mundo inicuo. (véase vs. 1-2)

En el resto del capítulo, Jacob hace recordar a su pueblo del estado caído ante Dios en que se encuentran al haber justificado sus hecho inmundos. Jacob comprara a su pueblo con los lamanitas. No los llaman puros, pero sí dice que los lamanitas son justos. Así que, ellos se hallan en un estado mejor que los nefitas por haber guardado el mandamiento del Señor --de no tener sino una esposa y ninguna concubina, y que no se cometieran fornicaciones entre ellos-- (vs. 5).

Es un tendencia humana de compararse con otros, muchas veces con el fin de comprobar que somos mejores que los demás.  Claramente, esto es lo que había sucedido entre los nephitas. Enfocaban en algo superficial (el color de su piel) para comparar su dignidad contra los lamanitas. Así les engañó el diablo para traerles más y más profundos en la iniquidad.

Esto también me hace contemplar el palo de medida que tienen los profetas de Dios.  Ellos tienen los mandamientos de Díos, y lo viene a ellos por medio de revelación (véase vs. 10). He aquí, el poder y la fortaleza de ser guiado por un profeta de Dios.