martes, 24 de diciembre de 2013

--Si un Hombre Hace Buenas Obras,-- Alma 5:26-42

Alma 5:26-42

Alma nos pregunta si hemos experimentado este gran cambio de corazón, o si hemos sentido el deseo de cantar del amor que redime. Y si en verdad lo hemos sentido, luego hace la pregunta, ¿podemos sentirlo ahora?

La asunción es que debemos sentir así siempre. Sin embargo, la naturaleza humana es a alejarse de Dios. Entonces, esta pregunta nos anime a regresar al lado de Dios. Alma nos hace unas preguntas aquí, que para mí, me ayuda reflexionar sobre el estado de mí propia alma.

--¿...Habéis sido suficientemente humildes?-- (vs. 27)
--¿Os halláis despojados del orgullo?-- (vs. 28)
--¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia?-- (vs. 29)
--¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él?-- (vs. 30)

Lo que sigue aquí son algunos de las doctrinas más claras y puras de Cristo. (Véase vs. 31-40) Alma las emplea para reorientar a la gente a las sendas de rectitud. Por un lado, me sorprendo cuanto se parece como las enseñanzas mismas de Cristo que viene de la Biblia. Si queremos seguir a Cristo, debemos arrepentirnos, comer y beber del pan y las aguas de vida, debemos venir a Cristo y hacer obras de rectitud. Debemos ser llamados por el nombre de Cristo y dar oído al voz del buen pastor, lo cual es Cristo.

Es uno de las enseñanzas más diabólicas que no importa lo que uno hace con la vida. Algunos dicen que Dios no nos juzgara porque es un Dios de misericordia. Pero el propósito más central en el plan de Dios para nosotros es que llegamos a ser más como Cristo por las cosas que hacemos. Y por esto, Alma dice --si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue.-- (vs. 41)

Al seguir a Cristo es para hacer buenas obras. Esto no quiere decir que nosotros podemos escoger las obras que de nosotros mismos sentimos son las más buenas, y que esto significa que seguimos a Cristo. No, así mucho se confunden. Seguimos a Cristo, cuando oímos su voz, y hacemos las obras que Cristo haría. ¿Cómo podríamos mostrar que seguimos a Cristo de otro modo?

jueves, 5 de diciembre de 2013

--Para Presentaros ante Dios,-- Alma 5:14-25

Alma 5:14-25

He luchado con estos versículos tan directos por unos dos o tres semanas ya. Finalmente, hoy me doy cuenta de que no he permitido a mi mismo a buscar para las aplicaciones personales. Siento ahora con este recordatorio, tal vez yo puedo aprovechar algo de lo que voy a leer aquí.

Las tres preguntas en el versículo 14 merece una sincera respuesta de cada uno. Si no podemos reflexionar sobre este versiculo, poco sentido tiene lo demás. Si no podemos contestar definitivamente y claramente para nosotros mismos, mayor atención debemos poner. Algunos piensen que es imposible comprender las cosas de Dios. Tal vez, en total, sí lo es. Sin embargo, en cuanto a como las doctrinas de Cristo, y su aplicación a nosotros, debemos y podemos comprender claramente los términos de la salvación.
  • ¿Habéis nacido espiritualmente de Dios? 
  • ¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros? 
  • ¿Habéis experimentado este gran cambio en vuestros corazones?
O sea, para recibir la salvación debemos cambiarnos (ser nacido espiritualmente de Dios). Debemos experimentar un gran cambio en nuestros corazones para que reflexionamos la luz de Cristo, aún en nuestros rostros.

Cuando leo estos versículos y las preguntas que hace Alma, debo recordar que no son acusaciones. No están hechos con un espíritu de contención. Yo tengo que suponer que cuando Alma les hace estas preguntas que está actuando de acuerdo con un espíritu de amor y compasión. Así cambia el sentido totalmente.

Estas preguntas ilustran dos estados de ser: uno donde estamos en el pecado, y el otro donde estamos limpiados de nuestros pecados mediante la sangre de Cristo, preparados para presentarnos ante Dios. Hay un espacio entre los dos estados lo cual representa el trabajo que uno debe hacer para listarse para comparecer ante el tribunal de Dios.

Y para considerar este juicio final, Alma nos invita imaginar como será con nosotros.  Nos pregunta si en verdad hemos experimentado este gran cambio de corazón.

He parado en el versículo 16, contemplando la posibilidad regresar a mi Padre Celestial habiendo logrado la salvación. ¿Puedo imaginar oír al Padre decir --sus obras han sido obras de rectitud--? ¿Que se requiere de mí para lograr tal agradecimiento?

Los términos de la salvación son basados en el poder expiatoria de Cristo. El versículo 21 explica que debemos limpiarnos por medio de la sangre de Él. Me hace pensar en la relación que uno debe tener con Cristo. Esto recordando en mi propia vida la realidad del proceso de limpieza, lo cual es el arrepentimiento.
--...Porque nadie puede ser salvo a menos que sus vestidos hayan sido lavados hasta quedar blancos.--
Esto surgiere que hay un proceso de limpieza que se nos requiere para lavarnos, o limpiarnos, de nuestros pecados.