lunes, 17 de julio de 2017

--Y les hemos enseñados,-- Alma 26:22,28-37

Alma 26:22,28-37

Regreso a versículo 22 donde Ammón habla de los que arrepienten, ejercen la fe, y obran buenas obras. La realización de lo que habla se explica en los versículos 28-30. Esto me hace recordar la necesidad de sacrificios en labores sinceras. Hay que trabajar y orar. Hay que confiar en los méritos de Dios.

Luego en el versículo 31, Ammón señala a los frutos de sus labores y muesta el amor de sus conversos como evidencia de su conversión. Hay aquí un principio de fe e innovación. Ammón habla de hacer cosas que nunca había logrado antes entre sus pueblo. Me hace pensar en que si vamos a lograr los objetos que nuestro Dios ha puesto en vista de nosotros, tendremos que hacer cosas como individuos y como grupos que nunca había actualizado antes. Tendremos que cambiar y hacer las cosas diferentes.

Hay que enseñar. La clave a la predicación del Evangelio es la enseñanza y Ammón y sus hermanos son una ejemplo de lo que uno sufra para lograr el éxito en la enseñanza del Evangelio.

miércoles, 12 de julio de 2017

-- Para predicar a nuestros hermanos,-- Alma 26:22-27

Alma 26:22-27

Entre éstas versículos hay el contraste entre la respuesta carnal y espiritual en cuanto a la cuestión del tratamiento de los lamanitas. El sentido general entre los nefitas era de destruirlos. Ammon y sus hermanos tuvieron otra idea de labor entre ellos.

Yo encuentro en estos versículos un paralelo entre este relato y mi vida familiar. La tendencia es de reaccionar como los otros nefitas con el deseo de destruirlos o separarme de los miembros de la familia que han escogido no guardar los mandamientos de Dios. Afortunadamente, mi esposa me anime ser más como Ammón y sus hermanos.

lunes, 3 de julio de 2017

--En su gran misericordia nos ha hecho salvar,-- Alma 26:17-21

Alma 26:17-21

Este grupo de versículos me ha ayudado recordar dos cosas importantes. Primero, que Dios puede efectuar su obra con cualquier persona que crea en Él y cumplen con los pasos del arrepentimiento, aún los que en tiempos anteriores fueron rebeldes contra Dios y su iglesia. Segundo, es la misericordia de Dios. Bien parecido al primer punto, sino que es un atributo divino que deseo desarrollar para que yo no impide el progreso de otros con un corazón duro hacia ellos.