jueves, 20 de noviembre de 2014

--El Hijo de Dios Vendrá en Su Gloria,-- Alma 9:25-34

Alma 9:25-34

Yo acabo de repasar mis notas de estudios previos en las partes más antes de este capítulo y el significado espiritual relacionado con estos eventos. Al llegar al versículo 25 el peso de la declaración de Alma es grande. -- Y por esta causa, para que no seáis destruidos, el Señor ha enviado a su ángel para visitar a muchos de los de su pueblo, declarándoles que deben salir y clamar fuertemente a este pueblo, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca;-- (énfasis añadida)

Con los ángeles no se debe jugar. Ellos son un paso antes que Dios se revela a la gente, lo cual la gente no podrían aguantar sin ser completamente destruido por causa de la grandeza y la gloria de Dios. Es imposible para el hombre en su estado de iniquidad para estar en la presencia del Santo Dios. Entonces, con misericordia, Él envía ángeles, mensajeros de su presencia,  para amonestar a la gente.


Los próximos tres versículos son tal vez los versículos más importantes en este capitulo, y también, lo más potentes. Ellos son también, y no por accidente, las palabras habladas específicamente de la boca del ángel.
...Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca;
y de aquí a pocos días el Hijo de Dios vendrá en su gloria; y su gloria será la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia, equidad y verdad; lleno de paciencia, misericordia y longanimidad, pronto para oír los clamores de su pueblo y contestar sus oraciones.
Y he aquí, viene para redimir a aquellos que sean bautizados para arrepentimiento, por medio de la fe en su nombre.
Por tanto, preparad la vía del Señor, porque está cerca la hora en que todos los hombres recibirán el pago de sus obras, de acuerdo con lo que hayan sido; si han sido justas, segarán la salvación de sus almas, según el poder y redención de Jesucristo; y si han sido malas, segarán la condenación de sus almas, según el poder y cautividad del diablo.
Consideramos lo que dice el ángel. Esencialmente, nos somos mandados arrepentirse porque pronto vendrá el reino del los cielos. En la temporada de Alma, fue menos de cien (100) años antes de la nacimiento de Cristo. En un sentido muy literal, Cristo vendría pronto.

En versículo 26, el ángel declara que --el Hijo de Dios vendrá en su gloria,-- y entonces él explica como será esa gloria: 
  • lleno de gracia, equidad y verdad
  • lleno de paciencia, misericordia y longanimidad
  • pronto para oír los clamores de su pueblo y contestar sus oraciones
Y después añada: --Y he aquí, viene para redimir a aquellos que sean bautizados para arrepentimiento, por medio de la fe en su nombre.--

Yo no deseo menospreciar esta definición de gloria, o la gloria del Unigénito del Padre. Cuando la nación de los Judíos esperaron para la venida de un salvador, ellos buscaban a alguien quien sería un redentor externo. En su lugar, el Salvador Jesucristo vino como un redentor interno. Cristo vino no para salvar a la nación, sino para salvar al individuo, por medio de su gloria, lo cual se defina aquí como gracia, equidad y verdad. Incluye también los atributos muy personales de paciencia, misericordia y longanimidad. Estos últimos tres atributos, que se utilice para definir la gloria de Cristo, me impresiona, tal vez porque estas características de su gloria serán las cosas que van a salvarme. ¡Qué tranquilizador para mí es saber que Cristo no solamente posea estos, sino que se los tiene en perfección o por completo! Esto es la gloria de Cristo.

Esto nos lleva por la mitad de la declaración angélica.

El próximo versículo explica que la redención de Cristo sólo se extiende a su alcance completo para los que son bautizados á arrepentimiento, por fe en Su nombre. Para participar en  la gloria de Cristo, o en otros palabras, para participar de la paciencia, misericordia, y longanimidad de Cristo; para recibir rápidas respuestas a nuestros oraciones; o para hacerse perfecto por medio de Cristo, debemos primeramente ser bautizados á arrepentimiento.

El último versículo de la ministración angélica es una invitación para actuar. --Preparad la vía del Señor.-- El ángel declara esta ley celestial: que nuestra salvación en y por Jesucristo se base en nuestras obras justas. Esto ésta en armonía con el consuelo de Santiago del Nuevo Testamento. Esto es uno de las grandes engaños de nuestros días: que no hay diferencia entre las obras buenas y malas.

En verdad, lo que hacemos importa. Alma concluye con este punto de acusación directa para que el pueblo de Ammoníah entenderían lo que ellos podrían hacer pare cambiar su rumbo y volver a Cristo.