Despues de tener explicado el plan de redención al rey por Aarón el misionario, el rey tuvo sólo una pregunta en su mente: --¿Qué Haré...?-- Hay en realidad más que esto de su pregunta, pero esto es tan profundamented parecido a las interacciónes de Pedro con los a Jerusalén en el día de Pentecostés. (Véase Hechos 2:37)
Lo que dijo él rey por completo fue esto:
...¿Qué haré para lograr esta vida eterna de que has hablado? Sí, ¿qué haré para nacer de Dios, desarraigando de mi pecho este espíritu inicuo, y recibir el Espíritu de Dios para que sea lleno de gozo, y no sea desechado en el postrer día? (vs. 15, énfasis añadida)Me impresiona que el rey, al escuchar la predicaciones de Aarón, tuvo el deseo de abandonar su reino en favor de obtener el gran gozo del evangelio.
Es aún más importante que el rey estaba haciendo preguntas. Parecen ser preguntas inspirados. Por esto, quiero decir que el Espíritu del Señor fue responsable para la plantación de estas preguntas en su corazón. Al hacer estas preguntas, él también esta expresando los deseos puros de su corazón.
La respuesta de Aarón en el próximo versículo es fundamental. Permitiendo al rey confirmar sus motivos, Aarón dice, -- Si tú deseas esto... -- y entonces él da instrucciones detallados al rey de lo que necisitaba hacer:
- --[Arrodillarse] delante de Dios--
- --[Arrepentirse] de todos tus pecados--
- --[Invocar] con fe su nombre--
- --[Creer] que recibirás--
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