Mosíah 3:5-13
Al tener el recién reunión del sacerdocio general presente en mi mente y estudiando estos versículos, la frase --que con poder-- me impresiona. Estoy pensando acerca de mi hijo quien entre algunos años recibiera el sacerdocio Aarónico. Estoy pensando de Cristo como hombre joven de doce años cuando se hallaba en el templo en Jerusalén, ya presente de lo que su misión sería y de lo que su relación con Dios era. Me recuerda de lo que un poseedor joven del sacerdocio puede hacer a los 12 años y de la ministraciones de los ángeles.
La sangre de Cristo expía para los pecados de los que han muerto sin tener un conocimiento de la voluntad de Dios concerniente a ellos (véase versículo 11). Mas aquellos que sí conocen la voluntad de Dios, ¿Qué de ellos? --¡Mas ay, ay de aquel que sabe que se está rebelando contra Dios! Porque a ninguno de éstos viene la salvación, sino por medio del arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo. -- (versículo 12).
Este grupo de versículos específicamente está centrado en Cristo, y por consecuencia me encuentro pensando si jamas podemos pensar demasiado en el Cristo y su vida y su ejemplo. Mientras que lo contemplo, recuerdo el sacramento. El convenio allí es que yo debo siempre recordarlo.
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