Al principio del capitulo me llama la atención lo apremiante del trabajo que se requiera de Nefi después de la visión. La visión misma fue la preparación para el trabajo requerido. No obstante, tan abrumado estuvo Nefi por lo que vio de la destrucción de su pueblo que perdió todo su esfuerzo. No fue hasta después de un descanso que Nefi volvió a sus hermanos para averiguar la manera de sus quejas.
La primera pregunta que Nefi pone a sus hermanos después de escucharles demuestra su motivación de nuevo. La nota de pie en el versículo 8 me recuerda del perspectivo que tuvo Nefi. Se preocupaba por el bien estar inmortal de sus hermanos.
Los hermanos de Nefi dicen que el Señor no revelará los misterios de que les habló su padre. Nefi les responde con conocimiento y un recordatorio de la promesa del Señor.
¿No recordáis las cosas que el Señor ha dicho: Si no endurecéis vuestros corazones, y me pedís con fe, creyendo que recibiréis, guardando diligentemente mis mandamientos, de seguro os serán manifestadas estas cosas?
(1 Nefi 15:11)
A Nefi, esto no fue una promesa vana, sino una de las invitaciones mas básicas que enseña nuestro Señor y Salvador: pedid y recibiréis .
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