martes, 26 de julio de 2011

--Un Vidente... Revelador y Profeta,-- Mosíah 8

Mosíah 8

Me impresiona que Ammón fue llamado para relatar al pueblo de Limhi todo lo que había sucedido entre el pueblo de Zarahemla, que lo hizo, y que podía también declararles las palabras del rey Benjamín. Me recuerda de una visita donde hablamos de profetas y de como es que tenemos un profeta en la actualidad. La pregunta natural que seguía fue, --¿Y que ha dicho el profeta ahora?-- Me tocaba a mí para recordar de la memoria las palabras más recientes del profeta. ¿Reconozco yo la gran bendición que es tener un profeta entre el pueblo de la iglesia?

Después de la reunión con el pueblo, el capítulo relata de una charla que resulta entre el rey y Ammón. Limhi le pregunta si puede traducir unos registros que su pueblo había obtenido. ¿Por que preguntaba Limhi a Ammón si podría traducir? Tal vez fue por el poder de las palabras que había dado al pueblo concerniente a la historia de Zarahemla y las palabras del rey Benjamín. Mis propias experiencias han mostrado que el Espíritu puede manifestarse fuertemente para el beneficio del los recipientes. Me supongo que al sentir tal grado el Espíritu del Señor, Limhi suponía que Ammón era un profeta.

Hay un sentido de entusiasmo de los dos partes cuando Ammón contesta las preguntas del rey y el rey le entiende. Me supongo que el entusiasmo que se siente el rey es porque ya entiende mejor la causa del sufrimiento de su pueblo. Al comprender el alto don que tenía el rey del pueblo de Zarahemla, también entendió lo que perdió su abuelo cuando salio para poseer de nuevo la tierra de Nefi. Al tener un profeta y acceso a sus enseñanzas es una gran bendición de Dios. Al salir de Zarahemla a la tierra de Nefi, Zeniff perdió acceso al profeta. Me supongo que es por esto que el rey Limhi declara al fin del capítulo, --¡Cuán ciego e impenetrable es el entendimiento de los hijos de los hombres, pues ni buscan sabiduría, ni desean que ella los rija!-- (versículo 20)

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