jueves, 7 de julio de 2016

--En tu ira, tu alma no podría ser salva,-- Alma 20:8-27

Alma 20:8-27
  • "Porque la ira del hombre no produce la justicia de Dios." James 1:20
  • "He aquí, esta no es mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el otro; antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas." 3 Nephi 11:30 
Estos viente versículos contienen un relato del encuentro de Ammón y Lamoni con el padre de Lamoni, el rey sobre toda la tierra. Sin presentación ni explicación, el padre de Lamoni inmediatamente marcó a Ammón como --uno de los hijos de un mentiroso.-- (vs. 10)

Al dar respecto a su padre, Lamoni explica la causa por tardarse. Entonces, --para asombro de él, su padre se enojó con él.--(vs. 13, énfasis añadida) Hay dos direcciones que deseo dirigirme con este versículo.

Primero, fue sorprendente a Lamoni que su padre le respondió con enojo. Yo no sé si esto fue porque su padre siempre había sido un hombre pacífico hacia su hijo, o si fuera porque Lamoni esperaba haber recibido una respuesta distinta después de oír los acontecimientos milagrosos de su conversión. ¿Porqué está asombrado Lamoni? No sabemos en la actualidad, pero tal vez tenia algo que ver con la novedad de su conversión al evangelio de Cristo, y su falta de experiencia con la oposición a la obra de Dios.

Segundo, en todo que contesta el rey a Lamoni, está sesgado por su enojo.
Lamoni, vas a librar a estos nefitas que son hijos de un embustero. He aquí, él robó a nuestros padres; y ahora sus hijos han venido también entre nosotros a fin de engañarnos con sus astucias y sus mentiras, para despojarnos otra vez de nuestros bienes.
Esto es la segunda vez que el rey se refiera a sus creencias estereotipadas que todos los nefitas fueran embusteros. Luego el rey manda a Lamoni que matara a Ammón, lo cual se niega hacerlo. Ésto provoca la ira del rey aún más, hasta el punto de que el rey se alista matar su propio hijo.

Ammón, quien no sea asombrado como Lamoni, ni enojado como su padre el rey, se adelanta y comienza a instruir al rey. Ammón no pierde tiempo para llegar al núcleo de la cuestión. --Mas si tú, en este momento cayeses en tu ira, tu alma no podría ser salva.-- (vs. 17)

El rey rechaza al consejo de Ammón y en su lugar torna su enfoque en tratar de matar a Ammón, a quien él siente de todos modos que sea causa de todos sus problemas. Sin embargo, Ammón cambia la situación con unos pocos movimientos rápidos, poniéndose en posición para matar al rey si lo gusta. Pero ésto no es la intención ni el motivo de Ammón. 

De repente, al estar en un posición de vulnerabilidad, rogando para la preservación de su propia vida, el rey ya está lista para dar a Ammón cualquier cosa que le gusta. Sin embargo, Ammón no se desvía. No pausa para orar sobre el soborno de poder último en el reino de los lamanitas. Sin desanimarse y sin cambiarse por las súplicas del rey, la petición de Ammón es para librar a sus hermanos y para que Lamoni retiene su lugar como rey de su propia tierra.

Últimamente, fue la muestra del amor de Ammón para Lamoni que causó que se ablandara el corazón del rey anciano hacia él. Asombroso, milagroso amor que no busca el orgullo o la vanidad. El principio fue tan extranjero para el rey.

¡Yo, támbien, hallo a este punto fascinante! No fue el testimonio de la experiencia de Lamoni que ablandó el  corazón de su padre, aún que proveyó una fundación. No fue una respuesta enojoado, de igual furor a las amenazas del rey que ablandó su corazón. Fue un acto de caridad y de defensa abnegada que proveyó la sustancia de conversión -- enseñanza junto con acción:
Y cuando vio que Ammón no tenía ningún deseo de destruirlo, y cuando vio también el gran amor que tenía por su hijo Lamoni, se asombró en sumo grado... Pues el rey estaba sumamente asombrado de las palabras que Ammón había hablado, así como de las palabras que había hablado su hijo Lamoni; por tanto, estaba deseoso de aprenderlas. (vs. 26-27)

 

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