jueves, 5 de abril de 2012

--Y Les Enseñó,-- Mosíah 18:1-7

Mosíah 18:1-7

Al principio de este capítulo, hay una frase breve del arrepentimiento de Alma, que era antes de su interacción con el profeta Abinadí un mal sacerdote. Sabemos muy poco del proceso del arrepentimiento que Alma se sometió. Comprado con los doble relatos en el Libro de Mormón  de la conversión de su hijo, el cambio de corazón de Alma el mayor pasa virtualmente sin nota. Sin embargo, hay una pasaje en Mosíah 23:9 que sí dice:
 Mas recordad la iniquidad del rey Noé y sus sacerdotes; y yo mismo caí en la trampa e hice muchas cosas abominables a la vista del Señor, lo que me ocasionó angustioso arrepentimiento;   
Tan privado y personal como el proceso del arrepentimiento debe ser, es suficiente para nosotros saber que Alma, al ser anteriormente un inicuo sacerdote en la corte del rey Noé, tenía que someterse a un proceso penoso del arrepentimiento antes que pudiera establecer una iglesia de Dios.

Estos versículos se tratan de la preparación del pueblo para el convenio del bautismo. Ellos fueron enseñados. Alma tuvo que enseñarles arrepentimiento, redención, y fe en el Señor Jesucristo (véase vs. 7). La importancia de la enseñanza de nuevo ha sido recalcado en mi mente. Para que el pueblo obtenga la salvación, se les debe ser enseñado.

El orden por la cual les enseñó también me parece importante. Enseñó el arrepentimiento, lo cual es difícil. En seguida, enseñó redención y fe en el Señor. Hay necesidad de que nos cambiemos y mejoremos. Pero para motivarnos a cambiar la esperanza de la redención debe ser plantado firmemente en nuestros corazones. Para saber como cambiarnos, necesitamos comprender el poder de la fe en el Señor. Alma les predicó de las cosas duras, pero también les motivaba y animaba para actuar.


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