jueves, 3 de agosto de 2017

-- Confiemos en la Misericordia,-- Alma 27:1-15

Alma 27:1-15

Al ver esta escena de destrucción entre el pueblo de Anti-Nefi-Lehi, Ammón y sus hermanos fueron movidos por la compasión, o en otras palabras, movidos por el amor para tomar acción.

La conversación entre Ammón y el rey es curioso. Crea el rey de que su estado anterior es condición de merecer las cosas negativas que les estaban pasando. Cuando Ammón ofrece que huyen a los nefitas, el rey sugiera que serán esclavos a ellos. Ammón explica que no pueden ser sus esclavos porque la ley de los nefitas no lo permita.

Ammón para ayudar el rey aceptar la oferta de huir de su estado presente, él ofrece orar y hallar la voluntad del Señor. El rey acepta ésta. Aunque ya se habían convertidos al Señor, el rey no puede aceptar que tal vez su pueblo merece la misma bendiciones y protección que tiene los nefitas.

Ésto me parece semejante a la enseñanza de la parábola de los obreros de la viña. (véase Mateo 20:1-16) En los ojos de Dios todos son iguales. Los que laboran en su viña, no importa la duración del labor, el Señor lo tiene por igual los que han trabajado todo la vida en su viña y a los que son recién llamados. 

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